lunes, 13 de mayo de 2024

15 años Sí es algo

Homenaje a Antonio Vega, en Madrid. El 12 de mayo de 2024 se cumplían 15 años de la muerte del Vega, parece menterio. Cierre de gira. Había que estar allí. Ome caro. La hora de comienzo del concierto estaba prevista para las 19 cero cero, más tarde que noche. Raro. Y con calor, el verano empieza asomar sus garras, con jota. El lugar elegido fue el auditorio del Palacio Municipal de IFEMA, escenario ideal, todos sentaditos en butacas numeradas, que ya no estamos para botar y, además, coincidía la cita con el escrotinio, con u, de las erecciones catalanas, con ele, y ahí sí que había que votar, sin uve. No empezó bien la cosa; en lugar de puertas abiertas a un año más, las puertas del recinto no se abrieron hasta pasados veinte minutos sobre las 19, seguramente haciendo un guiño a aquellos conciertos caóticos de Antonio de sus últimos años. Pero no hay mal que por bien no venga, porque durante la espera me dio tiempo a repasar el perfil del público asistente. Mucha cana, sin aire. Mucho calvo, claro. Mucho kilo, de más. Por momentos me sentí ubicado y desubicado a la vez. Nunca me había dado cuenta lo que pueden desunir las canciones del Vega. Para mi sorpresa, yo era el único que acudió a la noche del homenaje con camiseta de concierto, manga larga eso sí, mala elección, con erre, pero es que estaba comprada en el último concierto en el que vi a Antonio Vega en vivo, en la gira de Nacha Pop 80/07, hace diecisiete años sin IVA, y había que enfundársela. He de decir que triunfé con ella, los gestos de las caras anónimas daban a entender un reconocimiento implícito a la prenda, como un plus, una especie de pase vip. Para mí también fue una gran noticia poder ponérmela, no lo hacía desde el día que la compré, y la talla me venía todavía perfecta. Todos aguardábamos pacientemente a que abrieran las puertas del auditorio. Sin euforia. Nadie gritaba ‘menos policía y más sangría. Nadie se hacía fotos. Ni selfis. Seguramente por incompatibilidad de las pantallas con las dioptrías. Ni falta que hacía. En algunos corrillos apareció incluso algún veguista con bastón. Qué envidia, pensé abalanzarme a por él y tomar el bastón prestado en solidaridad por mi puta rodilla pero, como abriendo los mares, entonces apareció caminando Carlos Vega, como un espíritu de Antonio, con chupa de cuero roja y cara de Vega al vent. Y se me olvidó lo del bastón. Los ‘encargaos’ del concierto consideraron por fin como mejor opción abrir una puerta giratoria para dejar entrar a la masa. Y la puerta giratoria no giraba bien. Te cajas de ahorros la que se lio para entrar. Tras el atasco giratorio empezó el control de accesos. Ningún segurata nos pidió mostrar las entradas para dejarnos pasar; tampoco pidieron libro de familia, ni un cuestionario básico sobre El Penta, ni siquiera tararear los primeros versos de ‘chica de ayer’. Se ve que no teníamos cara de buscar ahorrarnos los 35 euros que costaba la entrada al patio de butacas. Una vez dentro surgieron las complicaciones habituales para encontrar la fila, el número del asiento, ‘perdona que os moleste’, ‘si me dejas, por favor’, ‘con permiso’, todo muy educado. ¡Con las que hemos liado…que estamos vivos de milagro! Una vez sentado en mi butaca, fila 9, asiento 9, de fondo sonaba música de la movida, el ‘alien divino’ de Coppini fue la primera, y me hizo meterme rápido en modo concierto para ‘no perder la manía de tener esperanza’. Había otra música de fondo, o de forma, un murmullo de la gente que se dejaba llevar, conversaciones de ida y vuelta centradas en la salud: ‘te veo muy bien de aspecto’, ‘el quiste me salió benigno’, ‘ya no tomo copas, me sientan fatal’, ‘se murió de repente, de repentitis’. El envoltorio del concierto era raro, salvo por los instrumentos del escenario, imponentes; te diría que incluso no parecía día de concierto, pero se respiraba aire de homenaje, de tarde grande. La intendencia era más bien escasa, no servían bebidas, ni siquiera cerveza sin; tampoco viagra con, ¿para qué?, ni tampoco pastillas para no dormir, ¿con quién? De repente se apagaron las luces. Desde el cielo sonó con claridad la voz de Antonio Vega, con su clásico: ‘hola chicos, gracias por venir’. Y acto seguido se abrió el concierto con la imperial ‘Lucha de gigantes’, brutal, me dieron ganas de llorar. Y lloré. La anónima que se sentaba a mi lado me miraba extrañada. Ella sin llorar, claro. Y a partir de ahí nos ametrallaron con casi todo el repertorio de éxitos del Vega, uno tras otro, a cañonazos. Unos iban directos al corazón. Otros pasaban antes por el estómago, y acababan en el corazón. Otros ni siquiera sabías de dónde venían y dónde chocaban en tus entrañas. El sonido era el de siempre, muy identificable, porque tocaba su banda de siempre. O los que quedaban. Con Basilio Martín al frente. Pedazo de crac. Por cierto, muy de agradecer la colaboración de todos los artistas que se unieron para participar en este homenaje, se les vio disfrutar como si fueran espectadores calvos y canos anónimos: Nacho Campillo, Shuarma, Annie B Sweet pero, sobre todo, gracias a don Teo Cardalda Gestoso, emocionante en cada aparición por el escenario, su ‘háblame a los ojos’, y su ‘décima de segundo’, me los llevo a los más jondo de mi veguismo convicto y confeso. Por cierto, al concierto fui solo. Y doy gracias, porque pude llorar a gusto. Por ti, Antonio. SiempreVega. 15 años sí es algo. PD.: Hay algo más, recuérdame, que hay que ordenar la habitación.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Felices fiestas

Hola chic@s, aprovecho los últimos días de trabajo del año para agradeceros todo el esfuerzo compartido en 2023; gracias por vuestra actitud y vuestro compromiso, y gracias por hacerme ver que siempre puedo contar con vosotros. Espero que el año 2024 esté lleno de alegría, y que se cumplan todos los deseos y metas que os propongáis, sí OSÍ.

La felicitación especial de este año va para todos los miembros y miembras del área de capital regulatorio hache cú, y especialmente para Ana, a la que quiero agradecer de nuevo todo el tiempo que hemos compartido juntos y me alegro mucho que te vayas rodeada del cariño de todos: dicen que si la gente te quiere, es culpa tuya; te deseo sólo lo mejor para la nueva y merecida etapa.

A los que tenéis la suerte de quedaros a trabajar y a aguantarme os dedico esta felicitación a la carta, para todos, en especial para los que disfrutan de los cambios ‘inmateriales’ IRB, para los que triunfaron en el PDD, para los que asisten a las noches de verano del botánico violín en mano, para los que cuadran variaciones de créditos y rwas por gusto, para las que se reencuentran a sí mismas en sesiones inesperadas en Atocha, para los que rezaron una última oración por el ‘Resto SAN’, para los que no creen que el proyecto de reporting regulatorio sea una realidad en 2024, para los que optan por un perfil bajo en las redes sociales, para las que aguantan estoicamente las acometidas del activo de reembolso, para los que un 7 es una buena nota, aunque no parezca un compromiso, para las madres que entienden los DTA cuando se los explica su hijo, para las que se encuentran más a gusto encima del escenario, para los que sienten frio en las sillas calientes, para los que disfrutan con los poliedros de un tal Pinna, para los que achatarran aprs de los centros corporativos, para los ganadores de ‘la birra es bella’, para los que reportan con 8 decimales, en tanto por tonto, para los que cuadran el cuadro ué, para las nuevas incorporaciones al área, Belén, Gonzalo y  Rocío, gracias por hacerlo tan fácil y por hacerlo tan bien.

Feliz 2024, a por todas chic@s

viernes, 30 de diciembre de 2022

Felices fiestas

Hola chic@s, aprovecho el último día de trabajo del año para daros las gracias por el año 2022 que hemos pasado juntos, duro y exigente pero que, con vuestro esfuerzo y vuestra actitud, ha resultado excelente. Me siento orgulloso de formar parte de este equipo.


Espero que el año nuevo, 2023 nada menos, os llene de alegrías y se cumplan vuestros mejores deseos.


Os dedico una felicitación especial para terminar el año viejo, para todos los miembros del capital regulatorio y, en especial:


Para los que se emrelan tomando tílac. Para los que no encuentran contraparte para el riesgo de contraparte. Para los que se apalancan en las reservas en bancos centrales. Para los que no entienden que lo importante del Camino de Santiago es el camino. Para los que explican el blockchain como si lo entendieran. 


Para los que dan media vuelta a su pantalla. Para los que la contabilidad es sólo un input. Para los que apuestan sobre seguro al Real Madrid. Para los que creen que tenemos todo un pasado por delante. Para los que creen que hacer un transversal es ser diverso. Para las que tocan el piano porque el violín no les cabe en casa. Para los que dicen que lo que pasa en Cuéllar se queda en Cuéllar. Para los que disfrutan analizando las encuestas sin compromiso. 


Para los que redondean al alza. Para los que fueron padres con mención de honor. Para los que se marcaron un dirty dancing a media mañana. Para los que teletrabajan en la oficina. Para los que mienten cuando dicen que entienden la hiperinflación. Para los que cantan Jota eseté. Para los que bailan Jota extremeña. Para los que celebran los proyectos transformadores.


Para los nuevos Atas del área. Para los que sueñan con hacer un master en la luna de París. Para los que descubren qué es un herido a sus 40 más IVA. Para los que tocan los motores sin avisar a su mencía. Para los que están hartos de los desayunos con SAR.


Feliz año 2023!!

jueves, 30 de diciembre de 2021

Felices fiestas

Hola chic@s, casi hemos terminado ya el año 2021, muy exigente en lo que a trabajo se refiere, y de remate todavía con la pandemia pegando fuerte


Como yo soy de números, os mando unas  letras para agradeceros el enorme esfuerzo que habéis hecho este año, todos, pero dedicado especialmente a algunos de vosotr@s:


A los que se fueron voluntariamente, ERE que ERE, a los que se fueron después inesperadamente, ERRE que ERRE, a los que se casaron, a los que no se divorciaron, a los que teletrabajan los días pares de los meses bisiestos, a los que se toman las 12 uvas del ratio confinados, a los que les crecen los coreps, a los que monetizan DTAs después de noviembre del 16, a los que asumen RECOs del prójimo, a los que sueñan con gestionar capital algún día, a los que les pone ser ciberpaquetes, a los que pagan sus deudas con criptomonedas de curso legal, a los que creen en un futuro verde, a los que sólo creen de verde en cuando, a los que prefieren enmarronar, a los que abren shortfall por liquidez, a los que piden organización a Organización, a los que aseguran haber visto a Margarita viva, a los que financian a Carolina por bizum, a los que prefieren rorwas medios, a los profesores voluntarios a la fuerza, a los que hacen cursos de Coaching avanzado, a los que serían más sociables si no fuera por la gente, a los que piden bonus a los Reyes Magos, a todos los del capital regulatorio.


¡Feliz año nuevo, chic@s, muchas gracias por lo vivido en 2021, y que cumplamos muchos más!

martes, 2 de febrero de 2021

Querido Carri

 Querido Carri,

No me puedo creer que ya hayas cumplido 50 años. La última vez que te vi estabas hecho un chaval, creo que tenías unos 49 años o así, no más. Cómo pasa el tiempo. Tan callando. Tan cayendo. Parece menterio.


Yo tengo un colega que también tiene 50 años, pero cumplidos ya hace un año y un día. El tío no lo lleva mal. A ver, sin hache y con uve, es verdad que ahora necesita ayudarse de los dedos para sumar cifras de más de undígito, pero eso tampoco es un problema, porque dice que a la segunda copa está ya mamao, y para de contar.

Cuando le veo, muchas menos veces de lo que me gustaría, como a ti, siempre me recibe de la misma formay me dice‘ome, 18 los ojos que te ven’ y, un par de horas después, cuando ya hemos resuelto casi todos los problemas del mundose despide con el clásico, ‘lo importante es que tuestes bien’. Y tiene razón. Y a cada uno la suya, Vega.


Hablando en sirio, porque yo nunca te engañaría; sobre el tema de las revisiones urológicas, que supongo sea algo que te inquiete a partir de ahora, no me ha dicho nada que te pueda ayudar. Bueno, el colega que te digo es muy reservado y lo mismo ya le ha cogido gusto al tacto rectal, porque también le gustan los Hombres Gay, como a tiDios me liebre de querer alarmarte sin causa.


Tú tranquilo, dicen que sólo el 50% de los mayores de 50 años manifiesta padecer problemas aguas abajo. No sé tú, yo desde los conteos de contagios Covid19 del tonto Simón, Radio Futura, paso de estadísticas. Ahí lo dejo, a tu libre erección.


También te digo que habrá algunos Fergós que digan que te quedan dos cortes de pelo, ex cartón, y un afeitao gran angular. Y también habrá los que te digan que estás en lo mejor, que a partir de ahora sólo puedes empeorar. Quédate con lo que decía nuestro común examigo Wagener, mientras estés en el túnel, la cobertura es ficaz.


Yo, como te conozco bien, sé que eres un hombre razonable y que, por tanto y por tonto, te adaptarás sin problemas a que tu nueva vida empiece por cinco, rimaque te rimay no pretenderás hacer lo que intentan hacer otrosque tu nueva vida se adapte a ti, rema que te rema. Si lo intentas y no lo consigues, que sepas que el tiempo todo locura.


Déjame que te haga una cuenta rápida: tienes 50 años, por si ya lo habías olvidado, y la primera vez que te vi creo que fue al salir de un examen oralde esos que se hacían el siglo pasado en el 522. Yo salía del examen casi sin aire, rojo por fuera y negro por dentro, y tú me recibiste a porta gayola, sí, he dicho gayola, como una ola, con hache. Tú creo que me habías conocido antes, en un examen escrito, de esos que también se hacían el siglo pasado en el 522, gracias a un desafortunado pinchazo en la rueda de mi coche, el Ibiza. Pinchazo que, por ciento, %, casi echa al traste todo nuestro futuro posterior, el tuyo porque no parabas de descohonarte, y el mío porque no paraban de acohonarme. Han pasado 23 años + IVA. Yavestruz, casi media vida de tu vida entera.


Ahora me viene a la cabeza algo más reciente, y es que hace 10 años, IVA incluido en Gaén, te dediqué una cuarentena con sabor, sabor de amor, Danza; fíjate, mucho antes de que se pusieran de moda las cuarentenas..Entonces pensé si regalarte por tus recién estrenados cuarenta un reloj de alta gama o empaquetar unas letras low cost. Si recuerdas, en ese momento casi nos habían intervenido el país y los hombres de negro nos queríanbajar el sueldocomo así fue posteriormentey por eso me decanté por lo segundo, aunque te dije que era porque pensaba que los regalos más valiosos son los que no cuestan dinero. Cuando es al revés, y son regalos a recibir, siempre lo niego todo, Joaquín.


Lo que escribí entonces lo volvería a escribir ahora, palabras más, palabras menos, Calamaro. Porque lo siento igualEn mi país, igual, Fernandeo. Porque lo mismo pasa con nuestra amistad, que la recuerdo exactamente igual que el siglo pasado, salvo algunas lógicas lagunas consecuencia de las despedidas de solteros contra casado-persona. Y disfruto de ella incluso cuando nadie me ve, Alejandro.


Muchas felicidades y enhorabuena, Carri, que disfrutes mucho de este día tan especialque te emociones con todas tus cartas de amor ¡Menuda bonita idea ha tenido Patri! Te mereces hasta la última coma que te hayan escrito en ellas, coma, hasta la última hache muda que se hayan olvidado de pronunciar, punto y coma, sólo te deseo con ganas que cumplas muchos muchos más, dos puntos: hasta infinito y uno. Porque lo grande que eres, sin tetuda alguna, es punto y aparte. 

Ah, y nunca dejes de pensar que la vida sólo se vive una vez, o dos si se cuenta con alguien como tú al lado. Puntos suspensivos.


Un fuerte brazo, de marde SAR


PD.: Si te ha gustado la carta, vuélvela a leer. Pero esta vez hazlo de abajo arriba. Quizá descubras algún secreto por descubrir.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Felices fiestas

 Hola chic@s, casi hemos terminado ya el año 2020, muy intenso y exigente, e imposible de prever.


Las navidades son fechas ideales para hacer balance (y P&L, si se puede), y para brindar y disfrutar en grata compañía. 


Pero este año no podemos hacerlo igual que siempre, así que aprovecho las nuevas tecnologías para dedicaros unas palabras virtuales de agradecimiento, a todos, agradecimiento por el extraordinario esfuerzo que habéis hecho, a todos, pero dedicado especialmente a algunos de vosotr@s: 


A las recientes mamás, a los violinistas confinados, a las profes voluntarias y a los profes obligados, a los que no quieren rotar y a los que ya han rotado, a l@s cantabrones, a los que cuadran coreps, a los que se exceden con los minoritarios, a los que explican el shortfall, a los que cubren el hedge fiscal, a los corrientes diferidos, a los que suben el numerador, a los que bajan el denominador, a los que se fasean in, a los que se desfasan out, a los que desarrollan el software en agile, a los que no usan el software por miedo al pí an él, a los que prorratean bines, a los del erre cuatro, a los que entienden el VAR, a los nuevos indicadores, a los que pintan en verde brunete, a los que titulizan sí OSÍ, a los del fondo sur, a los que juntan la T con la O, a los que suben a producción, a los que redondean pipos, a los que teletrabajan en la oficina, a los que sufren One y HR, a los reyes bonus, a los impulsores, a los que sobreviven con la contribución, a los que cuadran la vuelta ene del pé 23, a todos, a todos los del capital regulatorio


¡Felices fiestas, chic@s, muchas gracias por lo vivido en 2020, y que cumplamos muchos más!

jueves, 22 de diciembre de 2016

Felices fiestas

Algunos dicen que los números son fríos, que no se entienden, que son lo contrario de las letras. Os mando unos cuantos por Navidad, dedicados a mi abueli, que vivió casi 100 años, y que nació un día 7 en el mes 2 del año 1917. Y murió un día 25 en el mes 10 del año 2016. 

Tuvo 3 hijos, 8 nietos y 11 bisnietos. Se quedó viuda en el año 1979. Su DNI sumaba hasta 13.654.434, letra jota. Vivió en los Alminares de Genil, número 2, planta 3. Y veraneaba en la calle San Luis, número 32, planta 2. Su número de teléfono era 958 12 26 45, y su código postal el 18006. Medía 160 centímetros. Cobraba 2 pensiones de la Seguridad Social, pero la declaración de la renta siempre le salía a devolver. 

A menudo recordaba los interminables 1.000 kilómetros que separan Santander de Granada. En su tarjeta bancaria se escondía como ‘pin’ la fecha de la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212. Visitaba la peluquería y compraba el Diez Minutos 1 vez por semana. Hasta casi el final de sus días salía de su casa 2 veces al día, a tomar el aperitivo y la merienda.

Las dimensiones de su dolor de cabeza no eran conocidas para el resto de los mortales, debía ser un número de los llamados complejos. Pero las dimensiones de su recuerdo para todos nosotros son infinitas.

















































martes, 1 de noviembre de 2016

A mi abueli

Mi abuela Asunción se apellidaba de primero Tárrago, y de segundo Córcoles. Era sólo una manera diferente de presentarse al mundo.


Su biografía dirá que nació un 7 de febrero del año 1917, de hace casi 100 años, y que el 25 de octubre de 2016 ha terminado por irse, justo en el momento en que ya no tenía más fuerzas para vivir.


Supongo que un nieto que calza 46 largas primaveras no tiene mucho derecho a rebelarse contra la muerte de su abuela. O tal vez sí, porque para mí la vida siempre ha transcurrido sabiendo que todo empezó en Granada, y a mis años no pienso cambiar de opinión. Porque eso, afortunadamente, no lo cambia ni la muerte.


Decía mi hermana Asun estos días que el luto por su pérdida no había empezado todavía. Y tiene razón. Porque ahora mi subconsciente casi sólo recuerda a la abueli que saboreaba sus medicinas como si fueran licores de vida. Y tan convencida estaba de sus milagrosas propiedades sanadoras, que incluso recomendaba su pócima favorita, el stignol, a todo el que padeciera dolor, como si fuera una bendición llegada del más allá.


Una vida de 99 años da para muchas biografías, pero si yo tuviera que hacer la mía propia me quedaría sin dudarlo con su faceta de súper abuela, ésa que transforma a las personas unidas por el mismo cordón umbilical.


Y la recordaría en sus Alminares del Genil, o en su San Luis 32. La recordaría en la lancha de la playa de El Puntal, o volviendo de sus viajes a la India. O buscando el destino de las cuberterías de Tailandia. O en su asociación de viudas, con su inseparable Juanita, a punto de ser centenaria también. En su querida Graná.


La recordaría con su impecable pelo de plata. Metida entre secadores en la peluquería. Con su Diez Minutos entre las manos. O en la primera fila del concierto de Raphael. O con el bono de verano para el Festival de La Porticada de Santander.



La recordaría como la fiel viuda del abuelo Paco. Como la matriarca del Cortijo. Y la recordaría, sobre todas las cosas, con las botas puestas hasta el final.


Porque mi abuela nunca presumió de ganarse el pan con el sudor de su frente. Quizá porque pensaba que la justicia es sólo una ilusión humana. Pero solía decir las verdades como puños, sin que se le alterara el pulso. Por eso, cuando pienso en ella, siempre me acuerdo de un viejo conocido mío al que le gusta guardarse las cosas para sí mismo.


Con su muerte cobra todo su sentido la manida frase del 'descanse en paz'. Porque todos buscamos alivio y una cierta paz en la idea de morirnos. Es como hacer definitivamente las paces con la vida. Y ella se ha ido rodeada de cariño, de sus hijos y familiares más queridos, cogida de la mano de mi madre, como siempre soñó despedirse.


Y aunque su esquela no lo diga expresamente, ahora nos deja a todos con ganas de llorar, y un gran vacío que no queremos cubrir. Porque en su existencia había mucho de todos nosotros y, en la nuestra, lo que hay es casi todo de ella.


Ya sólo me queda despedirme y decirte que te vamos a echar mucho de menos, Abueli.



sábado, 13 de febrero de 2016

¡Pobre Sinisterra!


El pasado sábado 6 de febrero de 2016, víspera del 99 cumpleaños de la matriarca de la familia, Asunción Tárrago Córcoles, un grupo de 3 personas, seres humanos para más señas, se disfrazaron de exinspectores del Banco de Ex-paña, para intentar dar con la pista del falsificador más importante de los últimos 99 años, José Vicente Sinisterra Gago, capo de la banda organizada Sinisterra luminosa, perseguido durante décadas por la interpol, y acusado de arrogarse descubrimientos de pasodobles inéditos y de sustitución indebida de psiquiatras ilustres.

El soplo de uno de nuestros más fieles colaboradores, también exinspector del Banco de Ex-paña, ahora dedicado 10 horas al día a leer regulación financiera y, por las tardes, a doblar ropa en unos grandes almacenes, nos llevó hasta la Plaza de Las Ventas en Madrid, 12 de la mañana, donde Sinisterra impartiría una conferencia en la que intentaría volver a redescubrirle al gran público, por enésima ocasión, la autoría del pasodoble ¡Pobre Joselito!

Un miembro de la organización Sinisterra luminosa intentó abortar nuestro plan, cortándonos violentamente el paso en el albero de Las Ventas, ya próximos a la Sala Bienvenida, haciéndonos creer que nuestros relojes debían atrasarse 30’, todo ello con el objetivo de facilitar que Sinisterra se disfrazara de descubridor de pasodobles inéditos, consiguiera creerse y hacer creer que era un psiquiatra ilustre, y huyera acto seguido hacia su escondite en el hemisferio izquierdo de su cerebro, todo ello mientras nosotros nos tomábamos un desayuno sin diamantes en la cafetería Los Timbales.

Afortunadamente el Dr. Google hizo que nuestros relojes marcaran la hora correcta a la hora de la verdad, las 12 horas del sábado 6 de febrero, y así pudimos constatar en primera persona del plural, y en presencia de un desnutrido grupo de unos 200 jóvenes aficionados a la fiesta, cómo Sinisterra mencionaba, dentro del hemisferio izquierdo de su cerebro, el nombre de Salvador Arias Nieto como descubridor del texto completo de un pasodoble que José María de Cossío, "El Infalible", confundió con unas quintillas de ciego.

Sin embargo, como el propio Sinisterra explicó durante la conferencia, y debido a los insondables circuitos que conforman el cerebro humano, esta mención no llegó al hemisferio derecho de su cerebro, y tampoco pudo ser escuchada por ninguno de los asistentes allí congregados y, por tanto, nadie, excepto él, su hemisferio izquierdo y su súper yo, pudieron escuchar y atribuir a Salvador Arias Nieto el mérito del descubrimiento del pasodoble inédito ¡Pobre Joselito!, dedicado al torero José Gómez Ortega 'Gallito', muerto en Talavera de Reina el 16 de mayo de 1920, y que, desde el pasado sábado ya se conoce en los hemisferios derechos del cerebro con el nombre de ¡Pobre Sinisterra!