El pasado 19 de marzo falleció en Santander Miguel Ángel Gómez Gómez a los cuarenta años de edad. Tuve la suerte de compartir con él pupitre y asiento de autobús en el colegio La Sagrada Familia hace ya más de 25 años.
Otra compañera de clase, Carmen Arce, quiso despedirle en nombre de todos en el funeral celebrado en la capilla del colegio el pasado 31 de marzo; en recuerdo de Miguel Ángel dejo las palabras de Carmen en este blog, el mismo que las más de las veces suena a risa, la misma que a mi me viene a la mente al recordar los buenos momentos vividos con él. Descanse en paz.
"En el Colegio Sagrada Familia, la mayoría de nosotros, por no decir todos, disfrutamos los momentos más queridos de nuestra infancia y hoy todavía los rememoramos con suma añoranza y cariño. Hoy nos hemos reunido profesores, antiguos y actuales alumnos y familiares para recordar a nuestro buen amigo y compañero Miguel Ángel Gómez Gómez.
De niño le recordamos alto, delgado, dócil, tímido, algo introvertido hasta que tomaba confianza, era el portero de los partidos de futbol ….
Tenía muy buena relación con todos sus compañeros. Todo lo que tenía de grande lo tenía de cariñoso. Todos le apreciamos. Los que tuvimos la suerte de conocerle, disfrutarle y compartir con él nuestro tiempo, era un tipo único, sumamente original.
Muy querido y conocido en la ciudad, derrochaba siempre una gran simpatía allí donde fuera, siempre estaba de buen humor y su risa era contagiosa hasta para él mismo. Las muestras de cariño recibidas por su familia estos días, la ingente cantidad de personas que abarrotaban la iglesia el día del funeral, así como las bonitas coronas y flores que adornaron su sepelio, son imagen de lo que fue su vida.
Trabajador inagotable, muy familiar y muy sensible de sentimientos.
Miguel, Míguel, Miguel Ángel, te recordaremos siempre y siempre que nos reunamos como lo hicimos la última vez contigo - lo pasamos estupendamente y lo mejor fue tu tarta- NO FALTARÁS, siempre estarás en nuestro corazón y pensamiento.
Queridos Antonia, Máximo y Ana
Queridos Rosa, Álvaro, Teresa y Miguel
Su tía y resto de familiares queridos.
En estos días después de las fuertes emociones vividas, queremos daros nuestro aliento y cariño en estos momentos tan amargos y tristes para vosotros.
En algunas ocasiones, desgraciadamente, la vida impone pruebas duras de soportar que, únicamente unos pocos privilegiados pueden superar. En verdad, sólo pueden seguir adelante, aquellos que, sin hacer preguntas y sin obtener respuestas frente a la sin razón, tienen unos férreos valores, como vosotros.
Comprendemos vuestra inmensa pena, dejar a un ser tan entrañable como Miguel Ángel es muy doloroso, casi inaceptable, pero permanecerá eternamente presente y por siempre en vuestras vidas.
El recuerdo de momentos y vivencias pasadas se debe traducir en felicidad, precisamente porque habéis sido sumamente dichosos de tener un gran hijo, hermano, esposo y padre. Esperamos que ello, dulcifique vuestra pena y os permita vivir con entereza, serenidad y resignación su ausencia.
Os animamos, por tanto, a recuperar pronto la alegría, esa alegría que Miguel Ángel, con su ejemplo y su buen humor, os enseñó a tener siempre presente y que nunca debéis perder.
Un gran y enorme abrazo de todos nosotros, sus profesores y compañeros, amigos todos, y uno muy especial para Antonia y Rosa para que sean fuertes y llenen de esperanza y paz el corazón de esos tres pequeños tesoros que tenéis.
Miguel Ángel, amarga e ingrata tu ausencia, pero dulce y grata la dicha de haberte conocido, TE QUEREMOS, descansa en paz.
Muy querido y conocido en la ciudad, derrochaba siempre una gran simpatía allí donde fuera, siempre estaba de buen humor y su risa era contagiosa hasta para él mismo. Las muestras de cariño recibidas por su familia estos días, la ingente cantidad de personas que abarrotaban la iglesia el día del funeral, así como las bonitas coronas y flores que adornaron su sepelio, son imagen de lo que fue su vida.
Trabajador inagotable, muy familiar y muy sensible de sentimientos.
Miguel, Míguel, Miguel Ángel, te recordaremos siempre y siempre que nos reunamos como lo hicimos la última vez contigo - lo pasamos estupendamente y lo mejor fue tu tarta- NO FALTARÁS, siempre estarás en nuestro corazón y pensamiento.
Queridos Antonia, Máximo y Ana
Queridos Rosa, Álvaro, Teresa y Miguel
Su tía y resto de familiares queridos.
En estos días después de las fuertes emociones vividas, queremos daros nuestro aliento y cariño en estos momentos tan amargos y tristes para vosotros.
En algunas ocasiones, desgraciadamente, la vida impone pruebas duras de soportar que, únicamente unos pocos privilegiados pueden superar. En verdad, sólo pueden seguir adelante, aquellos que, sin hacer preguntas y sin obtener respuestas frente a la sin razón, tienen unos férreos valores, como vosotros.
Comprendemos vuestra inmensa pena, dejar a un ser tan entrañable como Miguel Ángel es muy doloroso, casi inaceptable, pero permanecerá eternamente presente y por siempre en vuestras vidas.
El recuerdo de momentos y vivencias pasadas se debe traducir en felicidad, precisamente porque habéis sido sumamente dichosos de tener un gran hijo, hermano, esposo y padre. Esperamos que ello, dulcifique vuestra pena y os permita vivir con entereza, serenidad y resignación su ausencia.
Os animamos, por tanto, a recuperar pronto la alegría, esa alegría que Miguel Ángel, con su ejemplo y su buen humor, os enseñó a tener siempre presente y que nunca debéis perder.
Un gran y enorme abrazo de todos nosotros, sus profesores y compañeros, amigos todos, y uno muy especial para Antonia y Rosa para que sean fuertes y llenen de esperanza y paz el corazón de esos tres pequeños tesoros que tenéis.
Miguel Ángel, amarga e ingrata tu ausencia, pero dulce y grata la dicha de haberte conocido, TE QUEREMOS, descansa en paz.
Las Presas, 31 de marzo de 2.009"
1 comentario:
Descanse en paz, Miguel Ángel.
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