El calendario escupía una fecha importante en mi autobiografía no autorizada, y yo quería hacer algo distinto, original, algo que quedara de recuerdo. Le di vueltas y vueltas al magín y al final me llegó la inspiración: ¿por qué no hacer un fiestón con los amigos de siempre y atizarnos unos copazos a mi salud? La insólita apuesta salió bien.
Pero tuvimos que apurar hasta el fondo el aceite de la vida; tuvimos que volver a experimentar con nuestras formas más juveniles, y ahora estoy feliz; por eso enciendo un cigarrillo imaginario, que no es como el de después, es mejor. Es de inmensa satisfacción, de honda calada.
Fue un gran día. Una gran noche. Disfruté porque no se respetó ninguno de los prejuicios conocidos, ninguna de las supersticiones desconocidas. El viernes todos creíamos que Elvis seguía vivo. Cada cuatro minutos importunaba un divorcio en algún lugar, pero a nadie le importaba. Y la respuesta no estaba en el viento, sino en el fondo, en el fondo del vaso.
Contar un sueño es casi siempre falsificarlo, así que no pienso hacer la contracrónica oficial. Dejaré la noche como está, fundamentalmente porque todo lo que es interesante no se puede contar, y todo lo que se puede contar no es interesante.
Dejo en el muro a los que dieron su vida por la patria. Mis más sentidas gracias a todos. Ha sido uno de los días más felices de mi vida. Gracias a vosotros.
Agux, Carri, Rocío, Jeremy, Marina, Fergó, Verónica, Marián, Valva, CIA, Toly, Lation, Bárbara, Navalón, Pet, Sepe, Borin, Silvia, Toy, Menchu, Pablo, Rosa, Esther, Toñín Gerson, Chisco NMISA, Javi Shat, Natalia, Litros, Tati, Nando de la Cántabra, Marta, Janis, Carmen Pérez, Kike, Isabel, Susana, Quique, Paquito Gento, María, Cristina, Chiwi, Chiwa, Panchín, Blanco White, Alvarómetro, Chus, Rosa, Nandín, Eli, Pili, Manolo, Carmen Robles, Padre Arias, Madre Robles, Asun y Marta.
….y a las ausencias que por imperativo legal no pudieron asistir, os mando un abrazo de la misma intensidad. Se os echó en falta. Mucho.