sábado, 5 de septiembre de 2015

Pues anda que tú


Ella se broncea con un sol de injusticia. Él esdrújula tras esdrújula. Ella se va al futuro disfrazada de incógnito. Él vuelve del pasado en olor de multitud. Ella escribe adiós con renglones torcidos. Él leyó a Torcuato sin los renglones de ningún dios. Ella no lee porque sueña con Hiroshima. Él escribe para desengancharse de Nagasaki. Ella sonríe sólo por dentro. Él echa de menos por fuera. Ella no quiere sofá con leche. Él brinda por ello, oye. Ella pregunta por el mar. Él responde hecho un mar de lágrimas. Ella dice ‘levántate y anda’. Él responde ‘pues anda que tú, y no se le levanta’. Ella no sabe qué es ‘el fulgor de África’. Él se emborracha con el Umbral más vivo.