domingo, 23 de octubre de 2011

Príncipe de Asturias de las letras 2011 para Leonard Cohen

No sé si te sobrarán algo más de doce minutos de tu rutina para poder ver este video, para poder contemplar la elegante historia de una pasión.

Lo que narra Cohen es sólo una pequeñísima parte de los entresijos de la interioridad de un músico poeta; pero, para mí, lo importante no es lo que le pasa, sino cómo le pasa y cómo lo revive.

Y a mí me ha gustado porque es como una novela realista de un mundo increíble, son emociones fuera de cualquier lugar y de cualquier tiempo, donde todo parece cotidiano, donde se relata algo que le puede pasar a cualquiera en algún momento de su vida, aunque no se tenga el don de Cohen para poder expresarlo.

viernes, 21 de octubre de 2011

Mis cardinales (11)

Para escuchar esta canción no hace falta arremangarse. Tampo hace falta razonar con los puños. Ni pensar que la vida es todo un desenfreno. Ni siquiera tienes que abdicar de tu condición de bebedor nato.

Basta con ver desfilar tu mocedad mentalmente. Basta con fingir que me escuchas y así aislarte de mi conversación. Basta con sumirte en la indiferencia de los sucesos presentes.

No vuelvas nunca más. 'La Calle del Olvido'; Twins, 1989. Álvaro Urquijo.


martes, 18 de octubre de 2011

Ja la tenim!

Pedrito tiene 5 años, un Mundial, una Eurocopa, 3 Champions y 4 Lligas. Yo tengo 41 años, los mismos Mundiales, las mismas Eurocopas y sólo una Champions más.

Por eso, antes que las garras de lo desconocido le conviertan en un enemigo deportivo, he aprovechado un salto a las afortunadas para contarle algunas historias de mis fantasmas del pasado. No creo que las haya entendido, porque su cielo está sólo lleno de alegrías.

Pero como sé que los lazos de sangre son débiles si no los refuerza el afecto, ¡qué mejor afecto que el amor desinteresado a unos colores!

Y no pretendo ser más consecuente que los demás pero, si se hace mayor y repudia esta foto, ya habrá tiempo para hablar de mi herencia.


lunes, 17 de octubre de 2011

Verano 2011

Ayer soñé que tuve un sueño. Salí una noche de verano a tomarme un daiquiri blues. Fue una salida sin pretensiones. Y no me refiero a las pretensiones que tú te crees. Sino a las otras.

Porque yo solo quería encontrarme con los hermanos taberneros, con los perdedores de mi orla, con los serenos como cubas, con los traicioneros abelitas, con los íntimos cainitas, con la luna a plena luz del día, con las ilusiones de bolsillos rotos, con las viejas sombras sin dueño, con las evas sin adán, con los callejones sin salida.

Con los que lloran a carcajadas, con los que se ríen sin ganas, con los san antonios junio treces, con las hormas de mi zapato, con los esperpentos de la casa de Alba, con las musas con liguero, con las radiotelegrafistas nazis, con la buena cara de la cruz, con los números clausus, con los excedentes de cupo, con los olvidados mal que me pese, con los tiquismiquis mileuristas, con los diseñadores de vidas exteriores, con los poetas malhablados.

Con los vulgares sursum cordas, con los charlatanes mudos, con las fábulas humanas andantes, con los fumadores excarcelados, con los instrumentos desafinados, con los remedios sin receta, con los recuerdos olvidados, con las muecas familiares, con las ironías evidentes, con los espejos más deseados, con los tartamudos tántricos, con los ahorcados con cabos sueltos, con los chupatintas sin saliva, con los carnales amores platónicos.

Con los filósofos irracionales, con los presos en libertad, con los naufragados lejos del mar, con los secretos a voces, con los judas besucones, con los hambrientos desganados, con los desterrados vocacionales, con los desengañados que piden la cuenta, con los jueves de fin de semana, con los sinceros compulsivos, con los puntos sobre las yes, con las peores chicas de ayer y, sobre todo, con los amigos que viven siempre a la orilla de mi mar.

Por eso me desperté para dejarme ver con quienes ahora te dejo ver. El resto te puedes imaginar que fue coser y cantar. Toma y daca. Tiqui y taca. Suma y sigue. Sube y baja. Venga y dale. Tira y afloja. Corta y pega. Y chunda y chunda. Y chunda y chunda.

Y es que, cuando tienes infinitas opciones a tu alcance, da gusto saber que solo puedes escoger una.




















martes, 11 de octubre de 2011

Mis cardinales (10)

Nassau no es para mí la capital de las Bahamas. Tampoco me une un lazo de sangre con ella. Ni con sus gentes. Ni siquiera es la encrucijada donde se unen mis pensamientos con los tuyos.

Nassau es una canción donde las palabras se llenan de vacío. Donde las ideas no pintan nada. Donde las voces se oyen en el desierto. Donde se me jode el coche, te deja tu novia y me mareo cuando subo a la noria.

Una atroz obra maestra. Y mi favorita de los gués.

‘Agitar antes de usar’. Año 1988.

Algunas pistas sobre cómo y por qué (5/5)

29. Cuando hollar se escribe siempre sin efe.
30. Cuando a cambio tú estas fastidiado con jota.
31. Cuando tiras de la manta y ya no se te levanta.
32. Cuando tu porvenir es parte de tu pasado.
33. Cuando ya no piensas y tampoco en volver.
34. Cuando entiendes por fin lo que no significa el amor.
35. Cuando eres capaz de empezar una pelea con la casa vacía.
36. Cuando tienes lucidez para querer morir con las botas puestas.
37. Cuando subestimas el factor suerte.
38. Cuando amas a la vida más que al deseo.
39. Cuando ya hablas honestamente de los años pasados.
40. Y cuando el hollar se va a acabar.

No digas que no te lo advertí.

FIN

domingo, 9 de octubre de 2011

Algunas pistas sobre cómo y por qué (4/5)

22. Cuando infinito y uno te parece un precio excesivo.
23. Cuando ya nunca amanecen domingos 'astrománticos'.
24. Cuando están al caer tus mejores augurios.
25. Cuando celebras tu aniversario encadenado a un extraño.
26. Cuando ya no quieres ver el mundo tras el cristal.
27. Cuando sus aporías son tu última esperanza.
28. Cuando le quitas la guinda al pastel.

Un día amarillo

JULIO JOSÉ ORDOVÁS 07/10/2011

Me niego a creer que Félix Romeo haya muerto. Félix amaba la vida con desesperación. En la columna que publicó el pasado domingo en Heraldo de Aragón, contaba que estaba asomado a un balcón de la plaza Real de Barcelona en una espléndida mañana que el verano le había robado al otoño y que la música de un congo que tocaba en la calle hacía que sus pies bailaran solos, y que de eso era de lo que él quería hablar, de la melodía milagrosa de la vida, contra la que nada podían hacer los pajarracos chillones de la crisis.

Como Obélix, él también se cayó de pequeño en la marmita, y la poción mágica hizo de él un lector sobrenatural. Félix Romeo vivía por y para la literatura. A los dieciséis años ya publicaba reseñas en la revista El Bosque y no solo parecía que había leído todos los libros, sino que realmente los había leído. Los libros que él más amaba eran los de carne y hueso, por eso tradujo a Natalia Ginzburg. No soportaba la impostura ni a los profesionales de la queja y se rebelaba ferozmente contra cualquier pretensión de adoctrinamiento o atisbo de totalitarismo. El valor de Orwell, la cabezonería arrolladora de Sender, el humor salvaje de Thomas Bernhard, la sonriente inteligencia de Szymborska, la escritura perpetua de Umbral... Los escritores que más le gustaban eran los escritores a los que hubiera querido tener por amigos. Y aunque muchos escritores le repatearan, como Juan Goytisolo, no podía disimular que disfrutaba peleando con sus libros.

Las cicatrices que tenía en la cara, y que le daban un divertido aspecto gangsteril, se las produjo un accidente automovilístico. Su amigo Chusé Izuel fue quien estrelló el coche contra una farola. A Chusé Izuel, que se suicidó cuando vivían juntos en Barcelona, le dedicó Amarillo, un libro desgarrador. También había escrito una novela, que aún no había dado por concluida, sobre el compañero de celda que tuvo en la cárcel de Torrero cuando le condenaron por insumisión, un tipo que había matado a su mujer y que no sentía ninguna culpa. Félix Romeo, que no entendía a los suicidas ni a los asesinos, quería extirpar de su mente esos tumores y vivir, como Goya, por lo menos hasta los ochenta y tantos años y no dejar nunca de aprender. ¿Y de quién vamos a aprender nosotros ahora que él se ha ido?

sábado, 8 de octubre de 2011

Otra cuarentena sin IVA


Hoy me asomo al balcón de otros 40 sin IVA. Y entonces me da la Ri. Y en el espejo se me aparece la tía Tula. Y me ladra un perro asirio. Y me olvido de las memorias de Trajano. Y soluciono, por fin, las dudas del jardín.

Y todas mis metáforas retoman su sentido. Y por eso me entran ganas de escribir una novela sobre la realidad. Una especie de ficción oficial. Con crimen, pero sin castigo. Porque en el blog no cabe la realidad entera. Ni siquiera hay sitio para media ficción. Sólo queda espacio para la rutina del bien y del mal.

Dicen que escribir es como imitar la vida. Por eso yo me conformo con deletrear este cumple como una lección ya sabida de antemano. Aunque lo que sé no es una verdad de segunda mano. Porque Ro frecuenta mi vida a diario. Porque la tristeza de las canciones le sigue sonando como algo deslumbrante. Y porque, con ellas y gracias a ellas, se sigue saliendo fácilmente de la vida.

Por todo eso. Muchas felicidradres.

PD.: 'Piénsate bien qué vas a hacer, una buena juerga o desaparecer'.

viernes, 7 de octubre de 2011

Algunas pistas sobre cómo y por qué (3/5)

15. Cuando el destino tiene forma de corazón en venta.
16. Cuando ya nunca estrenas palabras por estrenar.
17. Cuando ya solo quieres que no te quieran de verdad.
18. Cuando te gustaría tomar el tren que nunca pasa.
19. Cuando ya solo hablas si estás como ausente.
20. Cuando mezclas el vino y las cuestiones de familia.
21. Cuando te olvidas de los momentos inolvidables.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Algunas pistas sobre cómo y por qué (2/5)

8. Cuando quieres que tus dudas no sean razonables.
9. Cuando sabes mucho de lo poco que queda.
10. Cuando piensas lo que sientes.
11. Cuando sientes que no piensas.
12. Cuando te juran que nunca es tal vez.
13. Cuando siempre dura menos que hace un rato.
14. Cuando a la magia se le ve el truco.

lunes, 3 de octubre de 2011

Algunas pistas sobre cómo y por qué (1/5)

1. Cuando la cama te queda grande y la casa pequeña.
2. Cuando enciendes su despertador y se apagan mil esplendidos soles.
3. Cuando dices adiós prescindiendo de despedidas.
4. Cuando vives de coartadas sin vistas al mar.
5. Cuando tu hogar está en cualquier sitio.
6. Cuando buscas preguntas a las respuestas.
7. Cuando tienes cum laude en desengaños.

sábado, 1 de octubre de 2011

La forma sobre el fondo (5/5)

25. Una forma de derramarse en el vacío.
26. Una forma de seguir caminando aunque te den el alto.
27. Una forma de perderse sin razón.
28. Una forma de tener las horas contadas.
29. Una forma de ceder el paso.
30. Una forma de dar el problema por zanjado.

Quizá sea parte del inconfundible estilo sureño de Santander.
No sé si me explico.

FIN