martes, 30 de octubre de 2012

Raros e infelices

296. Los hay raros, porque quieren que su necrológica sea corta y elogiosa. Los hay infelices, porque quieren que su necrológica sea larga y reprobatoria.

297. Los hay raros, porque creen que la muerte es ese suceso por el que dejas de existir. Los hay infelices, porque creen que la muerte es ese suceso por el que dejas de preocuparte por la hipoteca.

298. Los hay raros, porque se levantan intactos sin necesidad de haberse acostado. Los hay infelices, porque se acuestan intactos sin necesidad de haberse levantado.

299. Los hay raros, porque dejan las novelas a medio leer. Los hay infelices, porque dejan la vida a medio vivir.

300. Los hay raros, porque no reconocen su letra escrita en el papel. Los hay infelices, porque no reconocen su cara reflejada en el espejo.

domingo, 28 de octubre de 2012

Raros e infelices

291. Los hay raros, porque son tan cabales que no se plantean tener éxito en la vida. Los hay infelices, porque son tan cabales que solo se plantean tener fracaso en la vida.

292. Los hay raros, porque echan la culpa de sus rarezas a sus parejas, por estar con ellos. Los hay infelices, porque echan la culpa de su infelicidad a sus parejas, por haberles abandonado.

293. Los hay raros, porque trabajan de contables que no cuadran números. Los hay infelices, porque trabajan de poetas que no cuadran versos.

294. Los hay raros, porque creen que, si dios existe, lo que pasa en el mundo es responsabilidad suya. Los hay infelices, porque creen que, si dios no existe, la responsabilidad es nuestra.

295. Los hay raros, porque son oficinistas que sueñan con ser escritores. Los hay infelices, porque son escritores que sueñan con ser oficinistas.

viernes, 26 de octubre de 2012

Raros e infelices

286. Los hay raros, porque escriben con palabras que no existen. Los hay infelices, porque existen gracias a palabras que no escriben.

287. Los hay raros, porque no saben los unos de los otros. Los hay infelices, porque no quieren saber los unos de los otros.

288. Los hay raros, porque les une lo más intimo. Los hay infelices, porque les separa lo más superficial.

289. Los hay raros, porque escriben novelas malas para lectores buenos. Los hay infelices, porque escriben novelas buenas para lectores malos.

290. Los hay raros, porque piensan que la vida tiene sentido, y no saben por qué. Los hay infelices, porque piensan que la vida es absurda, y saben por qué.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Raros e infelices


281. Los hay raros, porque permanecen estáticos cuando entran en éxtasis. Los hay infelices, porque permanecen extáticos cuando se quedan estáticos.

282. Los hay raros, porque son videntes que escriben a ciegas sobre la realidad. Los hay infelices, porque son ciegos que escriben para ver la realidad.

283. Los hay raros, porque huyen de la calle. Los hay infelices, porque se dan cuenta que la calle está en todas partes.

284. Los hay raros, porque se esfuerzan en escuchar las sílabas átonas. Los hay infelices, porque se esfuerzan en silenciar las sílabas tónicas.

285. Los hay raros, porque el dolor les quita la preocupación del miedo. Los hay infelices, porque el miedo les quita la preocupación por el dolor.

lunes, 22 de octubre de 2012

Raros e infelices

276. Los hay raros, porque caminan en círculos hacia algún lugar. Los hay infelices, porque caminan en línea recta hacia ningún lugar.

277. Los hay raros, porque han aprendido a dar abrazos sin brazos. Los hay infelices, porque no han aprendido a dar abrazos con brazos.

278. Los hay raros, porque prefieren leer el periódico de ayer. Los hay infelices, porque prefieren no leer el periódico de mañana.

279. Los hay raros, porque su chica preferida tiene nombre de canción. Los hay infelices, porque su canción preferida no tiene nombre de chica.

280. Los hay raros, porque ya no hacen lo que hacían siempre. Los hay infelices, porque ya no quieren hacer lo que no han hecho nunca.

domingo, 21 de octubre de 2012

Una movida de museo

 Madrid

A apenas 20 pasos del mítico Penta donde Antonio Vega pensaba en La Chica de Ayer —una de sus canciones más conocidas—, abre un bar con espíritu de museo: Madrid me mata. El Madrid de la época en que esta frase se hizo popular y hasta dio nombre a una revista: la histórica movida. Discos, fotografías, prendas de ropa y la recreación de un escenario en el nuevo local de Malasaña persiguen trasladar a aquella revolución cultural de finales de los 70 y principios de los 80. “Fue una explosión; había que cargarse todo lo antes y luego… explotar de nuevo”, señala Manuel Recio, alias Patacho,organizador de la muestra, y protagonista (como fundador de Glutamato Ye-Yé) y seguidor él mismo de un tiempo al que ahora pretende rendir homenaje. “Mientras hace algo el Ministerio de Cultura, vamos tirando”, bromea.
La iniciativa comisariada por Patacho está promovida por Juanma Alonso y Chema García-Rodrigo, los gestores del Penta, que abrió en 1976 y es un reconocido punto de encuentro de la gente de la movida. Ellos entraron como camareros en los noventa y se quedaron al frente unos años después. Desde entonces, si no antes, son movidistasconvencidos. No en vano su local mantiene la frecuente visita de artistas de entonces, aseguran. También es un continuo homenaje a uno de sus personajes más reconocidos, el desaparecido Antonio Vega, de quien exponen fotos y, sobre todo, un manuscrito de la canción en que el cantante y compositor de Nacha Pop cita al bar. Alonso y García-Rodrigo dan ahora un paso más con este homenaje a una época que admiran: “Podríamos abrir una discoteca de bakalao —ejemplifica García Rodrigo—, pero obviamente no es lo nuestro”.

200 metros de ‘movida’

Las puertas del bar-museo, y con ellas el acceso a sus vitrinas, abrirá el próximo miércoles. Unos 200 metros cuadrados dedicados a la movida en cuerpo y alma; en música y arte. Dos plantas, la superior para las barras y dos salas con las paredes pobladas de los artículos cedidos por artistas, preservados por un cristal “porque muchos tienen un valor económico importante, pero sobre todo en general tienen un gran valor sentimental”, recalca Patacho. Abajo, de camino a los baños, se recrea un escenario de la movida, con instrumentos de entonces y hasta un surtidor de gasolina, parte del decorado de una gira de Tam Tam Go. Sus cantantes, como los de otros muchos grupos tipo Gabinete Caligari, Los Ronaldos, Los Secretos, Siniestro Total, acudirán el miércoles en la inauguración oficial. “Prestan los objetos de forma altruista, o más bien para que tengamos un sitio donde tomar unas copas”, detalla el comisario, también a su vez donante.
El guitarrista y compositor de Glutamato Ye-Yé, que sigue combinando su participación en este grupo con otros proyectos, asegura que ha intentado que “todos los estilos estén presentes, del más glamouroso de Almodóvar y Alaska, al más punk de Las Vulpess (las de Me gusta ser una zorra), por ejemplo”. ¿Y eso de verse en una vitrina le hace sentir a uno de otra época? “Puede incitar a la nostalgia, pero yo prefiero mirarlo más como reconocimiento”, señala. Es también el objetivo que aseguran perseguir los promotores, al menos en el caso de Alonso y García-Rodrigo.
El primero recuerda incluso como vivió la movida en el barrio de Prosperidad, donde vivía. “Allí estaba el Rockola —el típico bar de conciertos de entonces, como el Penta era el de las copas— y también una antigua escuela militar okupada, ahora centro cultural, donde estoy casi seguro de que dieron su primer concierto Los Burning”, comenta. García-Rodrigo, en cambio, algo más joven, asegura que la movida le pilló en el colegio, pero se alegra de haberse enganchado después. “Sobre todo a raíz de conocer a muchos de ellos en el Penta, desde entonces he ido a cientos de conciertos”.
Entre esa admiración y nostalgia, esperan sumar un nuevo punto de encuentro en forma de homenaje a la que consideran una cima de la vida cultural madrileña. “Ahora todo es más disperso, más impersonal”, admite Alonso. Patacho añade: “Entonces tuvimos que cargarnos todo lo de entonces, que era gris, para que surgieran los colores. Quizás haría falta que los jóvenes hicieran algo parecido”. Por si alguien quiere probar a inspirarse, solo tiene que atravesar el grafiti que adorna el número 31 de la Corredera Alta de San Pablo, en el barrio de Malasaña. Un guiño más al matador Madrid de la movida diseñado por Óscar Marine (Premio Nacional 2010) que entonces fundó precisamente la revista que ahora da nombre al bar-museo. Porque la movida sigue matando.

sábado, 20 de octubre de 2012

Raros e infelices

271. Los hay raros, porque creen que la mayor parte de la realidad es invisible. Los hay infelices, porque creen que la mayor parte de la imaginación es visible.

272. Los hay raros, porque el terror les excita. Los hay infelices, porque el sexo les aterroriza.

273. Los hay raros, porque todo se les apaga cuando se abre el telón. Los hay infelices, porque todo se les enciende cuando se cierra el telón.

274. Los hay raros, porque están destinados a entenderse. Los hay infelices, porque están condenados a soportarse.

275. Los hay raros, porque su insomnio se encuentra despierto. Los hay infelices, porque su sueño se encuentra dormido.

jueves, 18 de octubre de 2012

Raros e infelices

266. Los hay raros, porque creen que la sonrisa es la distancia más corta entre dos personas. Los hay infelices, porque creen que la sonrisa es la distancia más larga entre ellos y las demás personas.

267. Los hay raros, porque miran al pasado para crear algo nuevo. Los hay infelices, porque miran al futuro para copiar algo viejo.

268. Los hay raros, porque a cambio de los milagros solo piden fe y genuflexiones. Los hay infelices, porque a cambio de la fe solo piden milagros y genuflexiones.

269. Los hay raros, porque creen que el mundo se está acabando. Los hay infelices, porque saben que los que se están acabando son ellos.

270. Los hay raros, porque no tienen opinión. Los hay infelices, porque no tienen criterio.

martes, 16 de octubre de 2012

Raros e infelices

261. Los hay raros, porque tienen por costumbre perdonarse algunas cosas. Los hay infelices, porque tiene por costumbre culparse de todo.

262. Los hay raros, porque a veces lo bordan. Los hay infelices, porque a veces se tiran por la borda.

263. Los hay raros, porque encontraron el amor y lo perdieron. Los hay infelices, porque encontraron el desamor y lo conservaron.

264. Los hay raros, porque prefieren morir primero para no ver el final. Los hay infelices, porque prefieren morir después para poder ver el final.

265. Los hay raros, porque no distinguen la latitud de la altitud. Los hay infelices, porque no distinguen la aptitud de la actitud.

domingo, 14 de octubre de 2012

Raros e infelices

256. Los hay raros, porque no respetan el silencio ajeno. Los hay infelices, porque no respetan el silencio propio.

257. Los hay raros, porque son raramente razonables. Los hay infelices, porque son raramente irrazonables.

258. Los hay raros, porque les gusta hablar sobre el peso del vacío. Los hay infelices, porque el peso del vacío es lo que más les pesa.

259. Los hay raros, porque podrían vivir perfectamente sin el éxito. Los hay infelices, porque podrían morir perfectamente de éxito.

260. Los hay raros, porque vuelcan su alegría en un vaso lleno. Los hay infelices, porque vuelcan su tristeza en un vaso vacío.

viernes, 12 de octubre de 2012

Raros e infelices

251.       Los hay raros, porque creen que la vida tiene muchas vidas. Los hay infelices, porque creen que la muerte solo tiene una vida.

252.       Los hay raros, porque todavía no han decidido si envejecer con dignidad o sin ella. Los hay infelices, porque todavía no han decidido envejecer.

253.       Los hay raros, porque creen que no merecen los elogios. Los hay infelices, porque creen que no merecen el cáncer.

254.       Los hay raros, porque para excitarse imaginan mujeres. Los hay infelices, porque para excitarse imaginan ser otros.

255.       Los hay raros, porque descubren que la felicidad perfecta no existe. Los hay infelices, porque no descubren que la infelicidad perfecta no existe.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Raros e infelices

246. Los hay raros, porque creen que la vida es como una mala novela que siempre acaba en boda. Los hay infelices, porque creen que la vida es como una boda que nunca acaba en una buena novela.

247. Los hay raros, porque acatan normas, pero no las cumplen. Los hay infelices, porque cumplen normas, pero no las acatan.

248. Los hay raros, porque creen que el sábado se ha hecho para el hombre. Los hay infelices, porque creen que el hombre se ha hecho para el sábado.

249. Los hay raros, porque les gusta alarmar por prudencia. Los hay infelices, porque les gusta no alarmar por cobardía.

250. Los hay raros, porque creen que la vida más allá de la vida no es vida. Los hay infelices, porque creen que la vida más allá de la vida es la única vida.

martes, 9 de octubre de 2012

Raros e infelices

241. Los hay raros, porque tienen pánico a huir. Los hay infelices, porque tienen pánico a quedarse.

242. Los hay raros, porque han dejado de llamarse 'nosotros'. Los hay infelices, porque no han dejado de llamarse 'vosotros'.

243. Los hay raros, porque prefieren a las zurdas que a los diestros. Los hay infelices, porque prefieren a los ambidiestros que a las ambizurzas.

244. Los hay raros, porque les gusta bañarse en el mar Cantábrico, con un par. Los hay infelices, porque les gusta bañarse en la mar Mediterránea, sin un par.

245. Los hay raros, porque ponen al día sus lloros atrasados. Los hay infelices, porque no  ponen al día sus risas atrasadas. 

lunes, 8 de octubre de 2012

42 Rises

Me levanto, madrugo, bostezo con la boca cerrada, me ducho si toca, me ahorco la corbata, me desvisto por los pies.

Subo al garaje, bajo al coche, me asiento con el cinturón, tarareo media de Quique, disimulo la letra, no fumo, llego a Boadilla D’or.

Un saludo, un salido, hago gárgaras con el primer café, llego tarde, estoy contento, desayuno, plagio un pin, me emborracho de café, salgo del bar, no tengo prisa.

Leo correos, reparto conos, calculo un ajuste, hablo conmigo, hablo contigo, hablo sintigo, invento frases, corrijo frases, almuerzo frases, me fumo frases.

Me duermo de lado en el curro, no lloro, disimulo, leo un contrato, bisbiseo, disimulo, escucho una queja, disimulo, me suicido y resucito sin disimulo.

Sudo tinta, no trasnocho, anochece a media mañana, sudo mador, hablo con Hilario, hablo sin Hilario, no doy pie con bola, enfrío paños calientes, me informo en el equis.

Doy consejos, me dan consejos, me rasco, otrosí digo, me arremango por la troika, afirmo, me niego tres veces, recuerdo poco, olvido mucho, maldigo la duda, sin duda la más tetuda. 

Busco, no encuentro, grito en silencio, veo sombras, persigo sombras, cierro puertas, abro puertas, a un año más. Vamos Vega!

Pasa otro año de Rises, me leo un Amok prestado, te escribo del revés, ya no sé lo que digo, solo digo una cosa, que envejezco a tu vez, y que te felicito otra vez.

sábado, 6 de octubre de 2012

Raros e infelices

236. Los hay raros, porque creen que los pechos femeninos son como dos provocaciones. Los hay infelices, porque creen que los pechos femeninos son una provocación.

237. Los hay raros, porque usan pantalones cortos demasiado largos. Los hay infelices, porque usan pantalones largos demasiado cortos.

238. Los hay raros, porque creen que los zurdos no pertenecen a este mundo. Los hay infelices, porque creen que el mundo es de los diestros.

239. Los hay raros, porque viven como si fueran a morirse al minuto siguiente. Los hay infelices, porque viven como si fueran a vivir eternamente.

240. Los hay raros, porque, aunque estén muertos, fingen estar vivos. Los hay infelices, porque, aunque no estén vivos, fingen estar muertos.

jueves, 4 de octubre de 2012

Raros e infelices

231. Los hay raros, porque se manifiestan con su ausencia. Los hay infelices, porque no se manifiestan con su presencia.

232. Los hay raros, porque son culpables natos. Los hay infelices, porque son inocentes muertos.

233. Los hay raros, porque escriben libros sin palabras. Los hay infelices, porque leen libros mudos.

234. Los hay raros, porque viven en el mundo sin pertenecer a él. Los hay infelices, porque no viven en el mundo al que pertenecen.

235. Los hay raros, porque les gustan las mujeres de bellezas vacías. Los hay infelices, porque les gustan las mujeres de bellezas habitadas.

martes, 2 de octubre de 2012

Raros e infelices

226. Los hay raros, porque están obligados a beber con sus mujeres. Los hay infelices, porque están obligados a fraternizar sin sus mujeres.

227. Los hay raros, porque no disfrutan con el sexo consentido. Los hay infelices, porque disfrutan con el sexo sin sentido.

228. Los hay raros, porque caminan por la vida entre tumbos. Los hay infelices, porque caminan por la muerte entre tumbas.

229. Los hay raros, porque viajan a lomos de caminos de ida conocidos. Los hay infelices, porque viajan a lomos de caminos de vuelta desconocidos.

230. Los hay raros, porque conocen a mucha gente, pero a pocas personas. Los hay infelices, porque conocen a muchas personas, pero son gentuza.