sábado, 31 de agosto de 2013
domingo, 25 de agosto de 2013
Ensayo sobre las vacaciones
Ensayo
sobre la ceguera no es exactamente un ensayo. Yo diría que se parece más a una
novela sobre la oscuridad por la que nos guiamos las personas que no somos
ciegas.
La
ceguera que narra Saramago no es común; es blanca y luminosa. Y contagiosa. Y es curioso
pero, mientras la lees, parece que los ojos fueran una especie de espejos vueltos
hacia dentro con los que mostramos lo que negamos con la boca.
A
mí me ha servido como colofón de mis vacaciones de verano, como la
desembocadura del verano, en las que, dicho sea de paso, me he pillado unos
buenos ciegos, pero vocacionales y saludables. Debe ser por el aire del mar,
que vivifica.
Saramago
ya está muerto, que es como estar ciego dos veces, pero afortunadamente nos ha
dejado novelas como ésta, en la que basta cerrar fuerte los ojos para ver con
claridad la realidad.
No
te recomiendo que la leas, pero hay que estar muy ciego para no hacerlo.
viernes, 23 de agosto de 2013
Qué bonito
Qué bonito el mar, con sus
pateras
Qué
bonitas las viudas, a las que no se les ha muerto el marido
Qué
bonita la hoja en blanco, si al fondo suena 'lucha de gigantes'
Qué
bonito el veraneo, con sus descoloridos platos combinados
Qué
bonito el cielo, cuando se te cae encima
Qué
bonitas las inspiraciones, con sus espiraciones
Qué
bonitos los recuerdos, sobre las cosas futuras
Qué
bonitas las novelas, si se les quita el argumento
Qué
bonitos los problemas de la gente sin problemas
Qué
bonitos los impacientes, cuando se les echa el tiempo encima
Qué
bonitos los contertulios de verano, si son el eco de tu alma
Qué
bonito distinguir el que uno es del que uno piensa que es, del que uno quiere
ser y, sobre todo, del que los demás piensan que es uno.
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