Se trata de las vacaciones

Puestos a irnos de vacaciones, en breve, nada mejor que dejar escrita una música al estilo de Sabina, con respeto, pero para que le pongas tu letra preferida; la de Paquito el chocolatero, por ejemplo. O la de la letanía que mejor te sepas. O para que cantes en alto tu réquiem de cabecera.

En definitiva, se trata de decir gilipolleces. Se trata de rascarse bien las pelotas. Se trata de abrocharse mal la bragueta. Se trata de romper con el futuro. Se trata de bostezar sin disimulo. Se trata de cambiarse de chaqueta. Se trata de escribir lo que te salga. Se trata de releer lo ya leído. Se trata de cobrar por no hacer nada. Se trata de apuntar bien la manguera. Se trata de pincharse en cada culo. Se trata de otear las cercanías.

Más o menos, ¿no?

Raros e infelices

141. Los hay raros, porque viven las noches sin ganas de madrugar. Los hay infelices, porque  matan las mañanas con ganas de trasnochar.

142. Los hay raros, porque el tiempo les dura una eternidad. Los hay infelices, porque la eternidad les dura cada vez menos tiempo.

143. Los hay raros, porque creen que lo absurdo es lo único que tiene sentido en la vida. Los hay infelices, porque creen que la vida es un absurdo.

144. Los hay raros, porque creen que fueron inmortales de jóvenes. Los hay infelices, porque creen que serán inmortales después de muertos.

145. Los hay raros, porque arden en deseos de reconocerse por dentro. Los hay raros, porque arden en deseos de ser reconocidos por fuera.

FIN

Raros e infelices

136. Los hay raros, porque se miran en espejos imaginarios. Los hay infelices, porque se miran en espejismos reales.

137. Los hay raros, porque sueñan con seguir soñando. Los hay infelices, porque ya han soñado todo lo que hay que soñar.

138. Los hay raros, porque provocan el futuro. Los hay infelices, porque evocan el pasado.

139. Los hay raros, porque se atreven a decir que tienen miedo. Los hay infelices, porque el miedo les impide decir que tienen miedo.

140. Los hay raros, porque encuentran las ocasiones perdidas. Los hay infelices, porque pierden ocasiones para encontrase.

Mis cardinales (19)

Seguramente esta canción te suene a lo de siempre. Como a una larga caminata. Como a una parte de la verdad. Como a un disfraz de héroe ficticio. Como a una parte de la atracción que provoca la música.

Este tema huye de las razones, afortunadamente. Porque, en ocasiones, es muy necesario que alguien explique bien claro que lo que más necesitamos es la ficción.

 

Raros e infelices

131. Los hay raros, porque creen que en la mezcla está lo puro. Los hay infelices, porque creen que en lo puro nunca hay mezcla.

132. Los hay raros, porque no quieren saber. Los hay infelices, porque no pueden saber.

133. Los hay raros, porque piensan que es difícil destruir al hombre. Los hay infelices, porque piensan que es fácil crear al hombre.

134. Los hay raros, porque dedican tiempo de su vida a vivir. Los hay infelices, porque dedican tiempo a imaginar cómo sería su vida.

135. Los hay raros, porque creen que la Navidad es una excusa. Los hay infelices, porque creen que la excusa es la Navidad.

Raros e infelices

126. Los hay raros, porque adolecen de dolor por culpa de sus olvidos. Los hay infelices, porque adolecen de olvidos por culpa de su dolor.

127. Los hay raros, porque ‘vegan’ por la memoria de muchas canciones. Los hay infelices, porque cantan canciones a la memoria del Vega.

128. Los hay raros, porque están condenados a morir de verdad. Los hay infelices, porque están condenados a vivir de mentira.

129. Los hay raros, porque se sienten distintos al resto. Los hay infelices, porque se sienten distantes al resto.

130. Los hay raros, porque nunca hacen preguntas. Los hay infelices, porque nunca se hacen preguntas.

Raros e infelices

121. Los hay raros, porque solean cuando más llueve. Los hay infelices, porque llueven cuando sale el sol.

122. Los hay raros, porque siempre se les enfría el odio. Los hay infelices, porque nunca se les calienta el amor.

123. Los hay raros, porque de la cama al sillón pasan del calor al frio. Los hay infelices, porque del sillón a la cama pasan sin frio ni calor.

124. Los hay raros, porque se acuerdan de lo que hay que olvidar. Los hay infelices, porque se olvidan de lo que no hay que olvidar.

125. Los hay raros, porque prueban amores que no cesan. Los hay infelices, porque cesan amores que no aprueban.

Raros e infelices

116. Los hay raros, porque muestran el camino de sus sentimientos. Los hay infelices, porque ocultan sus sentimientos por caminos raros.

117. Los hay raros, porque escriben música para otras letras. Los hay infelices, porque escriben letras para otras músicas.

118. Los hay raros, porque buscan estrellas en el cielo. Los hay infelices, porque se estrellan buscando el cielo.

119. Los hay raros, porque quieren darle más años a la vida. Los hay infelices, porque quieren darle más vida a los años.

120. Los hay raros, porque se esconden en rincones para soñar. Los hay infelices, porque sueñan con rincones en los que esconderse.

Raros e infelices

111. Los hay raros, porque hacen del paraíso terrenal un infierno celestial. Los hay infelices, porque hacen del infierno terrenal un paraíso celestial.

112. Los hay raros, porque buscan en la pena y encuentran la risa. Los hay infelices, porque buscan en la risa y encuentran la pena.

113. Los hay raros, porque vienen del mono. Los hay infelices, porque van hacia el mono.

114. Los hay raros, porque besan bocas que callan. Los hay infelices, porque callan bocas que besan.

115. Los hay raros, porque escriben hojas que hacen volar. Los hay infelices, porque leen hojas que vuelan.

Raros e infelices

106. Los hay raros, porque creen que la vida es una faceta más del alma humana. Los hay infelices, porque creen que el alma humana no tiene vida.

107. Los hay raros, porque cuando dicen no, quieren decir no. Los hay infelices, porque cuando dicen sí, quieren decir no.

108. Los hay raros, porque para ellos el futuro ya no es lo que era. Los hay infelices, porque para ellos el pasado ya nunca será igual.

109. Los hay raros, porque viven a pesar de lo que les ha tocado vivir. Los hay infelices, porque no viven a pesar de lo que les ha tocado vivir.

110. Los hay raros, porque no saben morir. Los hay infelices, porque no saben vivir.