122.
Los hay raros, porque siempre se les enfría el odio. Los hay infelices, porque nunca se les calienta el amor.
123.
Los hay raros, porque de la cama al sillón pasan del calor al frio. Los hay
infelices, porque del sillón a la cama pasan sin frio ni calor.
124.
Los hay raros, porque se acuerdan de lo que hay que olvidar. Los hay infelices, porque se olvidan de lo que no hay que olvidar.
125.
Los hay raros, porque prueban amores que no cesan. Los hay infelices, porque cesan
amores que no aprueban.
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