lunes, 17 de octubre de 2011

Verano 2011

Ayer soñé que tuve un sueño. Salí una noche de verano a tomarme un daiquiri blues. Fue una salida sin pretensiones. Y no me refiero a las pretensiones que tú te crees. Sino a las otras.

Porque yo solo quería encontrarme con los hermanos taberneros, con los perdedores de mi orla, con los serenos como cubas, con los traicioneros abelitas, con los íntimos cainitas, con la luna a plena luz del día, con las ilusiones de bolsillos rotos, con las viejas sombras sin dueño, con las evas sin adán, con los callejones sin salida.

Con los que lloran a carcajadas, con los que se ríen sin ganas, con los san antonios junio treces, con las hormas de mi zapato, con los esperpentos de la casa de Alba, con las musas con liguero, con las radiotelegrafistas nazis, con la buena cara de la cruz, con los números clausus, con los excedentes de cupo, con los olvidados mal que me pese, con los tiquismiquis mileuristas, con los diseñadores de vidas exteriores, con los poetas malhablados.

Con los vulgares sursum cordas, con los charlatanes mudos, con las fábulas humanas andantes, con los fumadores excarcelados, con los instrumentos desafinados, con los remedios sin receta, con los recuerdos olvidados, con las muecas familiares, con las ironías evidentes, con los espejos más deseados, con los tartamudos tántricos, con los ahorcados con cabos sueltos, con los chupatintas sin saliva, con los carnales amores platónicos.

Con los filósofos irracionales, con los presos en libertad, con los naufragados lejos del mar, con los secretos a voces, con los judas besucones, con los hambrientos desganados, con los desterrados vocacionales, con los desengañados que piden la cuenta, con los jueves de fin de semana, con los sinceros compulsivos, con los puntos sobre las yes, con las peores chicas de ayer y, sobre todo, con los amigos que viven siempre a la orilla de mi mar.

Por eso me desperté para dejarme ver con quienes ahora te dejo ver. El resto te puedes imaginar que fue coser y cantar. Toma y daca. Tiqui y taca. Suma y sigue. Sube y baja. Venga y dale. Tira y afloja. Corta y pega. Y chunda y chunda. Y chunda y chunda.

Y es que, cuando tienes infinitas opciones a tu alcance, da gusto saber que solo puedes escoger una.




















1 comentario:

Silvia dijo...

Pero que guapísimos que salimos.
Besos desde la orilla del mar.
Silvia.