A mí las historias de héroes triunfadores me importan casi lo mismo que un bledo. Será porque no me veo reflejado en ellas. O será simplemente que no me las creo, o porque todas me parecen iguales, insípidas, como repeticiones de aburridos días de verano.
A mí lo que de verdad me atrae son las Villotas de la vida, porque sus historias me parecen bonitas promesas de eternidad, porque en sus vidas se disfrazan de ángeles de carne y hueso que luchan contra demonios, y porque el latido de sus corazones muestra lo bueno y lo malo de la vida, pero siempre detrás de una sonrisa.
DEP María de Villota, una bonita manera de vivir.
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