Carlillos, acabo de escuchar tu nueva canción. Le he dado hasta tres veces al ‘play’. De momento. Y no sólo la he disfrutado, sino que la comparto con mis amigos más invisibles.
Y es que, aunque no te lo creas, el principio de las cosas suele estar más alejado que el final. Supongo que sabes a qué me refiero. Porque tú ya hace años que empezaste un particular camino con tu música.
Y eso que los había que querían que estudiaras el bachillerato. Y la carrera. Y también lo hiciste. Pero siempre siguiendo el mismo sendero, rítmico y afinado. Y siempre acompañado de tus amigos y de tus gentes.
Y supongo que en este camino muchas veces te hayas sentido como un pianista sin piano, como un fumador sin cigarrillos, como un escritor sin inspiración, como un cantante mudo. O como un condenado a muerte. Porque en este mundo pocas veces se escucha nítidamente la flauta de bartolo.
Pero hoy, otra vez al principio, vuelves a vociferar tu arte. Será porque se puede huir de todo, menos de uno mismo.
Enhorabuena. Mucha suerte. Y brindo por ello.
PD.: Veo que mantienes el estilo de pantalones ‘Julián Muñoz’, a la altura del ombligo, con el que tantos éxitos cosechaste.