Los
vivos invaden los cuerpos de los otros vivos, incluso después de muertos. Viene
a ser lo que comúnmente denominamos ‘cariño’, supongo. Y ese cariño es lo que yo
siento ahora, a pesar de la muerte de Begoña, la madre de Toy y de Miki. Porque hay personas
especiales, como ella, capaces de hacerte regalos en forma de cariño después
de muertas.
A
mí me parece que entre la noche del sábado 15 de junio y la mañana del domingo
16 hayan pasado muchos años. Casi tantos como los que conozco a la entrañable
familia Martín Valdería, porque los buenos tiempos siempre dejan bonitos
desperfectos cuando se pierden.
Por
eso ahora me acuerdo de cosas tan estúpidamente maravillosas como las
salchichas con vino al microondas, o el chiringo, o la celebración de la virgen del rocío en la
iglesia de San Roque, la misma en la que
se despedirá mañana Begoña de sus gentes.
Todos
los que queremos tanto a esa familia tenemos metido en el cuerpo la pena, pero yo,
aunque no los haya visto, no dejo de ver los ojos de luto de un gran amigo.
Mucho
ánimo, y descansa en paz, querida Begoña
4 comentarios:
Si de algo tenemos que alegrarnos, amigo Salva, es precísamente de lo que deja: fenomenales recuerdos, su incondicional marido Armando y sus maravillosos hijos, nuestros AMIGOS Toy y Miki. Un abrazo.
Para qué añadir nada a lo que ya habéis dicho?
Un Abrazo
ENORMES PALABRAS,SHATVIN!!!
UNA FAMILIA EJEMPLAR Y UNOS GRANDES AMIGOS LOS VALDERIAS.
D.E.P.
ENORMES PALABRAS,SHATVIN!!!
UNA FAMILIA EJEMPLAR Y UNOS GRANDES AMIGOS LOS VALDERIAS.
D.E.P.
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