No quería irme de vacaciones sin gimotear unas gotas de magia y precisión. Me iba a ir de todas formas, pero queda muy bien para empezar el último post del mes de julio.
Se acabó en su día Nacha Pop, pero es magia con precisión que todavía exista gente dispuesta a hablar de un grupo que nunca consiguió trasladar al terreno de las cantidades el embrujo y el respeto que ocasionaba.
Todavía los hay que siguen haciendo cálculos febriles de lo que podrían haber sido si hubieran vivido en otra época o en otro mercado. Es verdad; si exceptuamos ‘Chica de ayer’, le pides a la gente que te nombre un tema de Nacha Pop y creo que costaría, y mucho menos identificar el grupo con los discos.
Se acabó Nacha Pop, pero permanece el culto, uno de los pocos aspectos que nadie discute. Y si te da ahora por discutirlo, te invito a cambiar de blog. La adoración que se les profesa es tal vez su legado más característico e imperecedero.
Yo tengo una colección de discos nacionales del copón, de toda la vida, pero cuando estoy en casa, infinidad de veces me suelo poner a los Nacha. ¿Por qué? Porque me gusta, porque son canciones que me siguen diciendo cosas, que son producto del desarraigo, de la tristeza, de la alegría, de las pasiones y de la vida en sí misma, que todo viaja en el mismo vagón; vamos digo yo, ¿no?
Buenas vacaciones y hagamos el sacrificio de no trabajar. Nos vemos en la cancha.
‘Esta vez has dado en el blanco,
en todo el camino no hemos dado un paso en falso.
Es magia con precisión.
¿Dónde estás, cómo te has ido?
Si entre vahos de cerveza he visto que has venido.
Entre vahos de cerveza he visto que te has ido.
Creo que no eres real.’
Se acabó en su día Nacha Pop, pero es magia con precisión que todavía exista gente dispuesta a hablar de un grupo que nunca consiguió trasladar al terreno de las cantidades el embrujo y el respeto que ocasionaba.
Todavía los hay que siguen haciendo cálculos febriles de lo que podrían haber sido si hubieran vivido en otra época o en otro mercado. Es verdad; si exceptuamos ‘Chica de ayer’, le pides a la gente que te nombre un tema de Nacha Pop y creo que costaría, y mucho menos identificar el grupo con los discos.
Se acabó Nacha Pop, pero permanece el culto, uno de los pocos aspectos que nadie discute. Y si te da ahora por discutirlo, te invito a cambiar de blog. La adoración que se les profesa es tal vez su legado más característico e imperecedero.
Yo tengo una colección de discos nacionales del copón, de toda la vida, pero cuando estoy en casa, infinidad de veces me suelo poner a los Nacha. ¿Por qué? Porque me gusta, porque son canciones que me siguen diciendo cosas, que son producto del desarraigo, de la tristeza, de la alegría, de las pasiones y de la vida en sí misma, que todo viaja en el mismo vagón; vamos digo yo, ¿no?
Buenas vacaciones y hagamos el sacrificio de no trabajar. Nos vemos en la cancha.
‘Esta vez has dado en el blanco,
en todo el camino no hemos dado un paso en falso.
Es magia con precisión.
¿Dónde estás, cómo te has ido?
Si entre vahos de cerveza he visto que has venido.
Entre vahos de cerveza he visto que te has ido.
Creo que no eres real.’

Aunque lo más bonito del fin de semana ha sido oír mascullar a Contador el himno de Dinamarca en el podio del Tour. Poco antes se caían Lorenzo y Pedrosa en motoGP, y a Alonso se le salía una rueda por una tuerca diferente a la que impactó cruelmente en el ojo de Massa.
Y yo pensaba que no. Que lo importante es meterla. Y sin gracia posterior. Y si puede ser el primero, mejor. Y si es en una final, aún mejor. Y si es con la orejuda en juego, mejor que mejor. Y dos mejor que uno. Y si luego Iniesta no se sube en su Ferrari, pues francamente, a mi me importa un bledo, zapatero.
Si me lo tomo en serio entonces me dejaría de gustar el fútbol, porque esto no es serio. Y si me lo tomo a broma, pensaría otra vez que estoy desaprovechado, y que yo lo haría mejor que Pep.