292. Los
hay raros, porque echan la culpa de sus rarezas a sus parejas, por estar con
ellos. Los hay infelices, porque echan la culpa de su infelicidad a sus
parejas, por haberles abandonado.
293. Los
hay raros, porque trabajan de contables que no cuadran números. Los hay
infelices, porque trabajan de poetas que no cuadran versos.
294. Los
hay raros, porque creen que, si dios existe, lo que pasa en el mundo es
responsabilidad suya. Los hay infelices, porque creen que, si dios no existe,
la responsabilidad es nuestra.
295. Los
hay raros, porque son oficinistas que sueñan con ser escritores. Los hay infelices, porque son escritores que
sueñan con ser oficinistas.
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