252.
Los
hay raros, porque todavía no han decidido si envejecer con dignidad o sin ella.
Los hay infelices, porque todavía no han decidido envejecer.
253.
Los
hay raros, porque creen que no merecen los elogios. Los hay infelices, porque
creen que no merecen el cáncer.
254.
Los
hay raros, porque para excitarse imaginan mujeres. Los hay infelices, porque
para excitarse imaginan ser otros.
255.
Los
hay raros, porque descubren que la felicidad perfecta no existe. Los hay
infelices, porque no descubren que la infelicidad perfecta no existe.
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